En la actualidad, debido a la reivindicación y a la influencia derivada del empleo de energías sostenibles, la incorporación de elementos fotovoltaicos al montaje de claraboyas configura un avance óptimo e inmejorable. Gracias a este sistema, no sólo pueden aumentarse las cifras de ahorro relativas al consumo de energía para iluminar el hogar, sino que la acumulación de dicha potencia solar puede ayudar a disminuir el uso de electricidad en otros muchos ámbitos domésticos.
Como ocurre en cualquier otra instalación que precisa de la luz solar para activar su funcionamiento, el empleo de placas fotovoltaicas para retener la máxima energía posible sobre el tejado de nuestra casa es fundamental. Las claraboyas, en función de su localización y de sus dimensiones, pueden hacer traspasar una gran cantidad de luz hacia el interior de la vivienda. De ahí la idoneidad de acompañar con paneles solares a dichas oberturas del tejado, puesto que además de proporcionar luz directa durante casi toda la jornada pueden acumular energía suficiente para abastecer el inmueble tras el ocaso. Esta energía almacenada, que acostumbra a utilizarse para el calentamiento del agua de la vivienda, también puede emplearse para activar sistemas de iluminación nocturnos, evitando así el uso de montajes eléctricos convencionales. Por otro lado, gracias a las innovaciones tecnológicas desempeñadas en este ámbito, en la actualidad puede procederse a la instalación de ventanas solares. Este tipo de paneles, que pasan progresivamente de transparentes a opacos, no almacenan energía solar, aunque resultan altamente eficaces para no desperdiciar la luz natural o activar sistemas de autolimpieza.
Una de las últimas innovaciones en relación a la construcción de claraboyas es la incorporación de sistemas tubulares. Gracias a este método, que utiliza cilindros que canalizan la luz natural, ésta puede hacerse llegar a estancias de la vivienda que no conectan directamente con el tejado. La claraboya tubular incorpora en su interior un sistema reflectante compuesto de paredes espejadas, que rebotan la luz y la dirigen hacia el difusor colocado en la habitación. Este aparato, a diferencia de la claraboya habitual, esta compuesto por una estructura óptica que permite emitir la luz en todas direcciones y no únicamente hacia abajo. Además, gracias a la incorporación de un sistema que absorbe el calor, puede aprovecharse al máximo la luz sin que aumente excesivamente la temperatura de la habitación.