La importancia que han adquirido las renovables es innegable. En nuestro país, además de la energía solar y la hidráulica, la energía eólica ha crecido en los últimos años hasta convertirse en una energía de referencia para producir electricidad.
La mejor prueba de ellos la hemos visto el pasado mes de marzo, cuando el 32,9 % de la electricidad total que se ha generado en España procedía de los aerogeneradores que se encuentran diseminados por nuestra geografía. Tal ha sido la importancia de la energía eólica que se ha colocado en tercer lugar en cuanto a producción de electricidad.
Los datos son claros: los tres primeros meses del año la demanda de electricidad ha sido más de un 2 % superior a la del año anterior, y solo en marzo, la cifra ha subido al 5,1 % en comparación con el volumen del 2017. Si más del 50 % de esa energía se genera en instalaciones productoras de energía limpia como la eólica o la hidráulica (en marzo de este año, un 56,6 %), la importancia de las renovables es, cuando menos, muy destacable.
Pero no solo esto; si comparamos el mes de marzo de 2018 con el del 2017 tenemos que la producción de energía eólica se ha incrementado en un 62,7 %, lo que pone de manifiesto la importancia que están adquiriendo las renovables en nuestro país y la concienciación por el cuidado del medioambiente. Solo el mes pasado, el 77,7 % de la electricidad era una energía libre de CO2.
El crecimiento de las renovables en nuestro país
El volumen de electricidad que procede de alguna energía limpia ha alcanzado la cifra de 56,6 %, frente al 43,4 % de la energía no renovable, en su mayoría, nuclear. El volumen adquirido este pasado mes de marzo es, sin duda, un signo de esperanza para todos aquellos que apostamos por el medioambiente y por los modos de producción de energía limpios y sostenibles. Comunidades como Castilla y León, Andalucía o Castilla-La Mancha han liderado ese ranking frente a otras como Galicia, donde en esta ocasión el uso de la energía eólica para la producción de electricidad no es digno de mención, tal y como ha indicado la CNMC.
Estos datos nacionales concuerdan con los aportados para la Unión Europea, donde los países comunitarios han incrementado el uso de las energías alternativas y respetuosas con la Tierra como sustituto de las energías no renovables. Además, no hacen sino confirmar que las metas que en el entorno europeo se habían marcado para los próximos años pueden cumplirse. Porque las ventajas que supone emplear energía eólica, solar o hidráulica para producir luz son sumamente importantes para la estabilidad de nuestro planeta y la existencia de generaciones futuras. Poder disponer de luz y que esta no proceda de una central nuclear es un dato a tener en cuenta, puesto que, aunque esta no contaminan, no soluciona los problemas del calentamiento global que tenemos en la actualidad y genera muchos residuos tóxicos que hay que eliminar.
Por eso, las renovables, entre ellas la eólica, se perfilan como las energías del futuro.