Puesto que se trata de una fuente de calor que puede aprovecharse al máximo, siempre y cuando el cielo no esté encapotado, a menudo la dosis de aportación energética sobrepasa a la demanda exigida por las necesidades del hogar. Una buena opción para solventar este tipo de desarmonías es acoplar a nuestra instalación de energía sostenible un acumulador solar, bajo las funciones del cuál podremos contar con combustible fotovoltaico a cualquier momento del día.
Se trata de un depósito cuya finalidad principal se centra en independizar y separar el suministro de calor de la cantidad de energía a consumir, almacenando la energía térmica procedente de los captadores solares. De esta forma se consigue adecuar tanto el abastecimiento del recurso natural como su uso doméstico, trasladando el agua caliente acumulada para su empleo inmediato. Ésta es rápidamente sustituida por la misma cantidad de agua fría proveniente de la red, que tras su paso por los captadores solares vuelve nuevamente a calentarse. El acumulador solar, que está constituido por una cuba metálica fabricada a partir de material sintético y aislado, incorpora a su instalación uno o dos intercambiadores térmicos, aumentando al máximo su seguridad para evitar el riesgo de fugas y la pérdida de energía. Gracias a la posición vertical del acumulador, la estratificación de temperaturas se ejecuta con mayor facilidad y efectividad, por lo que no es necesario que todo el depósito esté a la temperatura marcada. De este modo se obtiene un mayor rendimiento de los captadores solares, evitando de nuevo las pérdidas térmicas.
La elección del tipo de acumulador depende, en primer lugar, del tamaño de la instalación. Si nos encontramos ante estructuras pequeñas o medianas, lo más probable es que el propio depósito contenga también el agua de consumo. Por el contrario, si hablamos de una instalación de grandes y complejas dimensiones, es fundamental que se establezcan gradualmente otros depósitos intermedios de inercia, para almacenar en éstos la energía térmica que se traspasará posteriormente al acumulador solar. Además, en función de si los intercambiadores de calor son exteriores o están situados dentro del condensador, podemos obtener otras variantes. Si el depósito no presenta el intercambiador incorporado, el calentamiento del agua se efectúa en el exterior, mientras que si se incluye en su interior, tanto la acumulación del agua como su posterior aumento de temperatura se producen dentro del mismo depósito.